Allende. Una novela en cinco actos by Carlos Tromben

autor:Carlos Tromben [Carlos Tromben]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9789566205500
editor: Penguin Random House Grupo Editorial Chile
publicado: 2023-07-24T00:00:00+00:00

Mira, niñita

Fuimos a despedir a mi papá al aeropuerto. Lo mandaban a Londres para trabajar en el famoso proyecto cibernético del gobierno y estaba radiante, feliz, como un cosmonauta en vísperas de abordar la nave que lo llevaría a las estrellas y de regreso, cubierto de gloria.

En esa época viajar en avión era todo un acontecimiento. Familias completas acudían a despedir a sus seres queridos y delante de la única puerta de embarque se arremolinaban delegaciones de hermanos, tíos y abuelos que se secaban las lágrimas o se persignaban encomendando al pasajero a la voluntad de Dios.

La Antonia no se quería despegar de mi papá y para mi mamá tampoco fue fácil. La sorprendí un par de veces secándose una lágrima para que no se le corriera el maquillaje.

—Solo iba por tres semanas —dice mi mamá—, pero ustedes comprenderán lo que significaba para una mujer con tres niñas quedarse sola en ese tiempo.

—Recuerdo unos aviones hippies, de colores —dice la Antonia.

El aeropuerto era tan pequeño que uno podía subirse a una terraza y observar cómo se desplazaban por la pista antes de despegar.

Yo trataba de fijar la vista en la fila de ventanas y ver en cuál de todas estaba mi papá despidiéndose de nosotras. Por supuesto que no lo vi, pero mi corazón dio un brinco cuando el avión de Air France tomó carrera en la pista y se elevó como un grácil e inmenso pájaro artificial hasta quedar reducido a un punto remoto en el cielo.

—De vuelta se vino manejando mi tía Cecilia —recuerda la Claudia.

—¿Acaso no sabías manejar?

—Sí sabía —responde mi mamá—. Simplemente ese día no pude y le pedí a la Ceci que lo hiciera.

Todas estábamos calladas, imaginándonos al avión que se llevaba a mi papá al otro extremo del mundo, tragándonos la frustración por no habernos llevado con él.

Para disipar el silencio mi tía encendió la radio. Primero se escuchó un boletín noticioso que hablaba de unos extremistas, de una bomba que había explotado o que iba a explotar en algún lugar. Mi tía estiró rápidamente el brazo derecho y bajó el volumen, desplazó el dial hacia una estación musical y entonces ocurrió el milagro.

Se escuchó una canción que comenzaba a sonar mucho en las radios, un hit que marcó esa época y que yo, al igual que millones de personas, escucharía miles de veces en años sucesivos, experimentando siempre la misma sensación de amor profundo.

Las tres nos ponemos a cantar:

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